El equipo tuvo varios entrenadores, y no se consiguieron buenos resultados hasta que estuvo matemáticamente descendido. La rivalidad entre ambos equipos comenzó a adquirir gran relevancia a mediados del siglo xx cuando el club madrileño dio un gran salto cualitativo y comenzó a dominar un deporte hasta entonces en manos de los catalanes. Esta vez, el equipo solo estaría un año en el pozo de la categoría del bronce, consiguiendo regresar a Segunda división de la mano de Javi López.