P. Se adaptó tan rápido que los veteranos recuerdan que era el primero en bajar al aperitivo que impuso Camacho antes de cada comida. R. Es verdad. Gerard y yo congeniamos pronto con los más veteranos. En una práctica que terminó después del Mundial de 1990, Italia otorgó los números bajos a los defensores, medianos a los mediocampistas y altos a los delanteros, en tanto que los números 1, 12 y 22 se asignaron a los porteros.